En un esfuerzo por promover la inversión extranjera, incluida la inversión en bienes raíces, México promulgó nuevas regulaciones diseñadas para relajar la restricción a la inversión extranjera, que anteriormente limitaba la propiedad extranjera de las empresas mexicanas al 49 por ciento.

​

Con la nueva normativa, los inversionistas extranjeros pueden ahora poseer hasta el 100 por ciento de un gran número de empresas, incluidas compañías hoteleras, empresas de desarrollo, etc., sin autorización previa de la Comisión de Inversión Extranjera. De esta manera, los inversionistas extranjeros en estas empresas han quedado en igualdad de condiciones con los inversionistas locales y ya no están obligados a contratar a un socio inversor mexicano.